Buscar este blog

lunes, 26 de septiembre de 2016

ENECO TOUR

HERENCIA SKY

Resultado de imagen de eneco tour boasson hagenCómo suele pasar cuando se junta lluvia con las clásicas belgas, en la última etapa del Eneco vimos ciclismo de espectáculo. De ese por el que esperamos con ansia cada primavera, esa época del año dónde florecen las épicas cabalgadas y los héroes convertidos en leyenda. Pero esta vez, en Septiembre, le tocó ganar a una flor marchita, una que en su día fue bella y de la que se cantaban maravillas. Porque casualidades de la vida hacen que, a la vez que los TUE's británicos, aparezca Boasson Hagen, una obra 'made in Sky', la más horripilante, un ciclista muy querido entre los aficionados, desgraciado por su propio equipo. Por ese mal hacer de los clasicómanos convertidos en gregarios de vueltómanos, por eso que también sufre Kwiatkowski, por lo que Swift no es ni la mitad de rápido de lo que prometía. Por todo eso celebraba con rabia una victoria que vale mucho más que una etapa del Eneco, por la misma razón por la que ganar en el Mortirolo o en Alpe d'Huez vale mucho más que una etapa del Tour, ganar en Geraardsbergen, ganar en el Kapelmuur y bajo la lluvia hace grande al noruego.

Jungels fue clave en la victoria de Terpstra
En un corte producido por la caída del líder, en el que inicialmente no estaba el nórdico, Boasson Hagen saltó y alcanzó cabeza desde el grupo de Sagan, ese momento en el que el eslovaco perdió la carrera para posteriormente, en la entrevista, perder los papeles. Terpstra, con una estrategia excelente de su potente QuickStep logró su mejor victoria desde la bien recordada por el aficionado París-Roubaix 2014. Aquella debió ser la última gran clásica en la que los belgas manejaron bien su potente bloque. Y, a pesar de las evidentes diferencias entre un monumento y la etapa acontecida ayer, puedo decir: El QuickStep está de vuelta, o mejor aún, Boasson Hagen está de vuelta. Y ojalá lo confirme en abril de 2017.


El talento andante de Naesen acabó 2º con un etapón